5 de abril: «domingo de Resurrección»

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pizap.com14282468639841¡¡Hola!!

Comencemos preguntándonos hoy:

¿domingo de Gloria, domingo de Pascua, Pascua Florida, Pascua o domingo de Resurrección?, ¿cómo llamamos a este día?, ¿por qué?

Para algunas personas, el domingo de Pascua tiene que ver con el Conejito de Pascua, los  huevos de Pascua, y las búsquedas de los huevos de Pascua. La mayoría de la gente entiende que el Domingo de Pascua tiene algo que ver con la Resurrección de Jesús, pero están confundidos sobre la forma en que la Resurrección se relaciona con los huevos de Pascua y el Conejito de Pascua… A ver si podemos explicar esto, para clarificar =)
Bíblicamente hablando, no hay absolutamente ninguna conexión entre la resurrección de Jesús y las tradiciones comunes modernas relacionadas con el Domingo de Pascua. Esencialmente, lo que ocurrió es que, a fin de que el cristianismo sea más atractivo para los no cristianos, la antigua Iglesia Católica mezcló la celebración de la resurrección de Jesús con las celebraciones rituales de fertilidad de la primavera. Estos rituales de primavera de fecundidad son la fuente de las tradiciones de los huevos y el Conejito.

La Biblia deja en claro que Jesús resucitó el primer día de la semana: el domingo (Mateo 28:1; Marcos 16:2,9; Lucas 24:1; Juan 20:1,19). La resurrección de Jesús es más digno de ser celebrado (véase 1Corintios 15). Si bien es apropiado celebrar la resurrección de Jesús en un domingo, el día en que se celebra la resurrección de Jesús no debería ser llamado la Pascua. La Pascua no tiene nada que ver con la resurrección de Jesús en un domingo.
Como resultado, muchos cristianos creen firmemente que el día en que celebramos la resurrección de Jesús no debe ser denominado “Domingo de Pascua». Más bien, algo así como «Domingo de Resurrección» sería mucho más apropiado y bíblico. Para el cristiano, es impensable que permitiéramos que la tontería de los huevos de Pascua y el Conejito de Pascua sean el enfoque del día, en lugar de la resurrección de Jesús.

De todos modos, celebremos la Resurrección de Cristo en el Domingo de Pascua porque si somos cristianos debemos saber que la Resurrección de Cristo es algo que se debe celebrar todos los días, no sólo una vez al año. Al mismo tiempo, si elegimos celebrar el Domingo de Pascua, no debemos permitir que la diversión y los juegos distraigan nuestra atención de lo que el día debe ser de verdad: el hecho de que Jesús resucitó de entre los muertos, y que Su resurrección demuestra que podemos tener la promesa de un hogar eterno en el cielo recibiendo a Jesús como nuestro Salvador.

En este artículo llamaremos al día de hoy: Domingo de Resurrección, fundamentándonos en lo que expresamos en párrafos anteriores.

Ahora bien, de acuerdo con esta toma de posición, nos preguntamos:

  • ¿qué es el domingo de Resurrección?, ¿qué nos dicen los Evangelios respecto de los acontecimientos acaecidos este día?,  ¿cuál es su importancia?,

Es la fiesta central del Cristianismo, en la que se celebra la resurrección de Jesús, al tercer día de haber sido crucificado.

El día de hoy marca el final del Triduo Pascual y de la Semana Santa, e inaugura un periodo litúrgico de 50 días conocido como Tiempo Pascual, que finaliza con el Domingo de Pentecostés.  La palabra Pascua, etimológicamente, significa «paso»: el paso de Jesucristo de la muerte a la vida.

La Resurrección es el elemento indispensable de la Religión Católica, hasta el punto que San Pablo escribe: «Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe» (Primera Carta a los Corintios 15, 14).

Según los Evangelios, José de Arimatea, «hombre rico», «persona ilustre y senador», «varón virtuoso y justo», «discípulo de Jesús», reclamó el cuerpo de Jesús a Pilato después de su muerte en la cruz. Con ayuda de otras personas lo envolvió en una sábana, lo embalsamó y lo depositó en un sepulcro en una peña, tapando después la entrada con una gran piedra.

El domingo, primer día de la semana por aquella época, al amanecer acudieron al sepulcro varias mujeres, discípulas de Jesús: al menos María Magdalena y María la madre de Santiago; San Marcos añade también a Salomé. Se encontraron con la piedra de la entrada apartada y un «Ángel del Señor» (según San Mateo), «un joven» (según San Marcos) o «dos ángeles» (según San Lucas y San Juan), en cualquier caso con «vestiduras blancas», les explicó: «No temáis, que sé que venís en busca de Jesús, que fue crucificado. Ya no está aquí, porque ha resucitado, según predijo. Venid y mirad el lugar donde estaba sepultado el Señor. Y ahora id sin deteneros a decir a sus discípulos que ha resucitado. Va delante de vosotros a Galilea, allí le veréis».

Según San Mateo, ya en el camino a Galilea, se apareció Jesús a las mujeres. Según San Marcos se apareció «primeramente» a María Magdalena. Ellas, emocionadas, se postraron a sus pies y le adoraron. Jesús les dijo: «No temáis, id y avisad a mis hermanos para que vayan a Galilea, allí me verán». Después Jesús resucitado se fue apareciendo a más discípulos, que lo iban a su vez contando a otros.

Muchos no lo creían. Finalmente se apareció a los once apóstoles (Judas, según la tradición, se ahorcó después de su consumada su traición) y les reprochó su «incredulidad y dureza de corazón». El apóstol Tomás ha pasado a la historia como «el incrédulo», porque tuvo que meter los dedos en las llagas de Jesús para creer. De ahí viene la famosa réplica de Jesucristo: «Dichosos los que creen sin haber visto».

Ahora bien, el Evangelio de San Mateo termina con estas palabras de Jesús: «A mí se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id e instruid a todas las naciones en el camino de la salvación, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándolas a observar todas las cosas que yo os he mandado. Y estad seguros de que yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos».

Cuarenta días después del Domingo de Resurrección la Iglesia celebra la fiesta de la Ascensión, que conmemora la ascensión al cielo de Jesús en presencia de sus discípulos, tras anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo (este envío se celebra en la mencionada fiesta de Pentecostés). Según el Credo católico, Jesucristo está ahora «sentado a la derecha del Padre, y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin». La resurrección a la que alude el Credo no es sólo del espíritu, sino también de la carne: «Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna».

Con toda la información expuesta hasta el momento, estamos en condiciones de sintetizar esta primera parte del artículo que hoy compartimos contigo con la respuesta a la pregunta:

  • ¿cuál es la importancia de este día?

Decimos, en primer lugar, que hoy es un día de fiesta, el más importante para todos los católicos, dado que con la Resurrección de Jesús, es cuando adquiere sentido toda la religión.
Cristo triunfó sobre la muerte y con esto abrió las puertas del Cielo para todos. La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.

Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte. En la Resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana (y aquí reside  el sentido de la religión): si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.

San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14) Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios. Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que las personas resucitarán también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda la vida humana adquiere sentido.

Hoy, Domingo de Resurrección, comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.

  • ¿Cómo se celebra este domingo?

Con la Misa dominical, donde se recuerda, de una manera especial, esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual, que representa la luz de Cristo resucitado, y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.

En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama “del encuentro”. En ésta, un grupo de personas llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo de personas que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de la alegría de ver vivo al Señor.

En algunos países, se acostumbra celebrar la alegría de la Resurrección escondiendo dulces en los jardines para que los niños pequeños los encuentren, con base en la leyenda del “conejo de pascua”.

La costumbre más extendida alrededor del mundo, para celebrar la Pascua, es la regalar huevos de dulce o chocolate a los niños y a los amigos.

A veces, ambas tradiciones se combinan y así, el buscar los huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo resucitado.

El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios quienes acostumbraban regalarse, en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.

Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma (cuarenta días antes de la fiesta de Pascua), en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús.

Uno de estos primeros cristianos, se acordó un día de Pascua, de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Jesús resucitó.

Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua. Son esos los que regalamos hoy en día. =)

Otra de las tradiciones  es el Conejo de Pascuas… Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania. Esto dio origen también a una curiosa leyenda que cuenta que, cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido que (muy asustado) veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto…
El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quién sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.
Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!
El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.
Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.

Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres…

Estimados lectores, estimadas lectoras: hemos llegamos al final de la Semana Mayor y al día más importante y alegre para todos los católicos: ¡Jesús ha resucitado!

Nosotros, nosotras también tenemos la oportunidad de “pasar” a una Vida Nueva… Vida Nueva que se construye cotidianamente junto con los otros y las otras, en cada una de las actitudes que nos definen como personas humanas: el amor, la justicia, el respeto, el perdón, la paz, el cuidado, la defensa de los más débiles, el jugarse por aquellas cosas buenas que creemos, porque Jesús resucitado es Verbo, no sustantivo.

¡¡Que tengan un hermoso domingo de Resurrección y un muy feliz Tiempo Pascual!! 

Equipo ADFEDUCA

Fuentes:

http://es.catholic.net/op/articulos/18277/domingo-de-resurreccin.html

http://www.gotquestions.org/Espanol/Domingo-de-Pascua.html

http://noticias.lainformacion.com/religion-y-credos/sabe-que-se-celebra-el-domingo-de-resurreccion_FoIA7fd6EwedG7Wsl20Lq3/

 

 

 

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