Un día como hoy, pero de 1960, nacía la Agremiación del Docente Formoseño (ADF) con motivo de ejercer (institucional y orgánicamente) la defensa de los Docentes Nacionales que en ese entonces trabajaban en la Provincia de Formosa, así como también para promover mayor participación en las reuniones que se realizaban en la Capital Federal por los reclamos de nuestro sector.
Esos años fueron muy favorables al Nucleamiento dado que, al crearse las escuelas dependientes del Estado Provincial (a partir del retorno a la Democracia en 1973), la idea de organizarse para la defensa de los derechos de los Trabajadores de la Educación tuvo amplia repercusión en los educadores y educadoras, lográndose masiva adhesión, principalmente en las localidades formoseñas de Clorinda y Formosa Capital.
El golpe militar de 1976, interrumpió durante un largo período las acciones gremiales, que se venían efectuando hasta el momento… Debieron transcurrir tres largos años para que la Agremiación resurgiera con renovadas fuerzas… Así, la transferencia a la Provincia de todas las Unidades Educativas Nacionales del Nivel Primario (iniciadas desde 1978) y de las escuelas del Nivel Medio en la década de los 90, se convirtieron en oportunidades para continuar bregando por el cumplimiento de los objetivos que movilizaban su accionar desde 1960.
A través de sus acciones, la Agremiación siempre aportó y concretó ideas propiciadoras de una Provincia con más justicia social, donde sus habitantes puedan vivir dignamente mediante el desarrollo de sus propias capacidades y disponibilidades, tanto desde la perspectiva humana y de recursos, como así también de las oportunidades.
La ADF considera a la Educación como inherente a la consolidación comunitaria de los pueblos y, por ende, trabaja día a día por el desarrollo integral y armónico de la persona. Reconoce que el futuro pasa por el conocimiento, tanto a nivel individual como social. Por ello, tener la posibilidad de acceder al conocimiento, tener la capacidad de producir conocimiento, tener la capacidad también de aplicar ese conocimiento, son aspectos fundamentales porque en base a ellos se va a ordenar la sociedad del futuro, la economía y la sociedad en su conjunto. La democracia, la política, la vida individual pasa fundamentalmente por el acceso en el manejo de la información y la educación está en el centro de las estrategias de desarrollo político y social para el futuro.
De ahí que la educación y las políticas educativas no son, ni pueden ser, políticas de corto plazo. La educación exige el largo plazo como condición de éxito, exige la continuidad, exige la necesidad de aplicar esta política en forma sistemática y no estar cambiándola permanentemente. Pero la continuidad a la que nos referimos se basa en el seguimiento, en el acompañamiento y en el resultado de las acciones, en la evaluación de lo que se ha hecho para saber qué falta por hacer y qué oportunidades se tienen para hacerlo. Para lograrlo debemos encontrar una fórmula de continuidad que incorpore el cambio como rutina, como elemento permanente.
Así, para que haya continuidad en un contexto democrático, consideramos fundamental que esas estrategias se definan con acuerdos de consenso y que no sean las estrategias de un grupo, de un sector: las Políticas Educativas tienen que ser Políticas de Estado. Con el término “Políticas de Estado” significamos que es el conjunto de la sociedad la que define esa política, y para que haya ese consenso es necesario entonces, que la discusión sobre las estrategias educativas sea participativa, amplia, con intervención de todos los sectores, porque todos los sectores conforman la sociedad y la educación es un hecho social: atañe a todos y todas. Un consenso, un acuerdo, una concertación educativa, es un acuerdo para la acción, donde las responsabilidades de cada uno tienen que estar definidas y materializadas… En síntesis: se trata de un compromiso.
Ahora bien, vivimos en un mundo de cambios permanentes y el Sistema Educativo no está fuera de este contexto. Al respecto consideramos que el cambio educativo es sistémico: al cambiar la formación de los docentes, cambian algunos de sus estudios, cambia el salario, hay que equipar las escuelas, tiene que cambiar la gestión. El cambio aislado, de una variable, si deja intacto lo demás, no produce ningún resultado…
Pero también sostenemos que no es posible cambiar todo al mismo tiempo y de manera simultánea, sino que es necesario establecer una secuencia del cambio, esto es empezar por alguno de estos factores porque entendemos que ése es el factor que en ese contexto desencadena un proceso de cambio muy eficaz y eficiente, aunque hay que hacerse cargo de las otras variables en algún momento de la secuencia, sino el proceso de cambio se detiene y se anula.
Creemos que los nuevos tiempos educativos a partir de la sanción de la Ley Nacional de Educación y la Política Educativa Provincial nos colocan ante un escenario importante, y es la posibilidad de que la educación encuentre apoyo en la demanda social para volver a recuperar su función, la de formar para la ciudadanía y el planteo democrático de esta línea de acción, es decir que en esas capacidades hay que formar a todos y todas, no solamente a algunos y algunas. La única garantía de viabilidad, de sustentabilidad en una economía competitiva, es el desarrollo de la equidad social, de la integración ciudadana, por lo tanto, el desarrollo de estas tiene que ser universal, lo que supone repensar permanentemente la calidad de la educación para todos y todas. Ahí está el desafío: recuperar esa demanda, apoyarnos en ella, incluso establecer nuevas alianzas, nuevos pactos, con los representantes de esa demanda, que son por un lado, el mundo del trabajo (en el cual no están sólo los empresarios, sino los sindicatos, los trabajadores) y por otro lado el mundo político, porque también la democracia exige estas capacidades y alrededor de ello generar un movimiento educativo que coloque no sólo a la educación como prioridad, en términos de inversión, sino también que nos brinde la posibilidad de mostrar buenos procesos y mejores resultados.
Todos estos aspectos someramente reseñados, que preocupan y ocupan a la Agremiación, se constituyen en variables insoslayables a la hora de pensar y actuar en torno de la calidad de la educación en la provincia. Desde el año 1988 hemos comenzado a caminar este sendero y para ello hemos utilizado diversas estrategias: cursos de capacitación presencial y a distancia para los diferentes Niveles del Sistema Educativo Provincial en todas las áreas de trabajo, asistencia técnica y capacitación en Legislación Escolar y Pedagogía, distribución de cartillas y cuadernillos, vídeos educativos, talleres, encuentros.
Hemos participado activamente en todo lo que atañe a la calidad de la educación en todo el territorio formoseño apoyando logísticamente a las distintas Direcciones de Nivel y hemos presentado propuestas innovadoras.
Además de estas acciones, otras las acompañan desde siempre:
- Vigilancia por el respeto irrestricto de los derechos de los Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de la Provincia de Formosa.
- Lucha por salarios dignos y mejores condiciones laborales para todos los educadores y educadoras.
- Asesoramiento para el conocimiento y ejercicio de acuerdo con las normativas vigentes.
- Reclamos de haberes mal liquidados.
- Asesoramiento para la presentación de recursos.
- Participación en paritarias a nivel Nacional y Provincial.
- Gestión y trámites ante la Dirección de Administración del Ministerio de Educación de la Provincia, Junta de Clasificación del Nivel Inicial, Primario y Secundario, Reconocimiento Médicos de la Provincia (IASEP).
- Ayudas económicas de emergencia.
- Convenios de servicios comerciales
Consideramos además que, como formoseños y formoseñas, hoy estamos en condiciones de efectuar un verdadero proceso metarreflexivo en torno de las acciones educativas que llevamos adelante todos y cada uno de los sectores, y que podemos realizar dos miradas: una desde la propia acción y otra posicionándonos en la Formosa que viene. Pero también sabemos que el proceso de acción-reflexión-acción si bien se nutre con “el afuera” también necesita de la mirada, del encuentro hacia “el adentro” de la Organización para discurrir, pensar, construir y deconstruir, dialogar en torno de cuestiones como: con qué contamos, qué nos hace falta, qué aciertos tenemos, qué oportunidades, cuáles son las falencias, qué nos queda por hacer, cuál camino elegimos, cuáles son nuestras propuestas concretas y que tienen como única finalidad apuntar hacia la solidaridad, el respeto, la común unión, entre todos los Trabajadores y Trabajadoras de la Educación, como así también encontrar aquellos espacios propicios para considerar y efectivizar mancomunadamente las diferentes articulaciones entre lo pedagógico y lo político, desde la particularidad del Escenario Provincial.
Es por este contexto, someramente reseñado, que hoy nos merecemos celebrar…, porque podemos reconocernos entre nosotr@s y con los otr@s, sentirnos plenamente satisfech@s con lo que fuimos capaces de construir ayer, hoy, día a día… Y a la vez, la convicción profunda y la fortaleza necesaria para redoblar nuestro compromiso y nuestro esfuerzo para defender lo que conquistamos y para conquistar todo lo que nos merecemos.
¡¡Feliz Cumpleaños Agremiación del Docente Formoseño!!
Equipo ADFEDUCA