Es tiempo de Navidad…, y con ella llega esta reflexión compartida que centrará su mirada en la Ilusión, el Amor y la Educación…
El Niño Dios hecho hombre, nacido en un pesebre, nos convoca al amor pero fundamentalmente, al amor por los más pobres, donde el acto educativo requiere de mayor esfuerzo, de mayor amor.
Desde ADFEDUCA creemos (en el sentido de estar convencidos) que el amor es el elemento fundamental para problematizar el mundo, dado que es él quien nos posibilita leerlo para luego “leer la palabra y transformarlo” (puntualizaría Freire).
Si miramos esto desde la educación, problematizar el mundo es, entre otras cosas, problematizar la práctica cotidiana, nuestro quehacer diario. Éste, al no ser neutral, necesita estar empapado de amor para poder construirse en favor de la justicia, la libertad y la fraternidad, y así adquirir una auténtica dimensión humana y humanizante. Sigamos haciendo docencia, entonces, pero hagámosla con amor porque la “… Educación es un acto de amor, y por tanto de valor”, nos recordaría Paulo.
Ahora bien, otro de los pilares que fundamentan esta Salutación Navideña es la Ilusión… Si el amor nos posiblita problematizar el mundo, también hemos de hacer esto con las ilusiones: ¿qué cosas nos ilusionan?, ¿qué otras no?, ¿en qué se convierte una ilusión sin amor? A nosotros como equipo, por ejemplo nos aterra aquella época de la historia en que pretendían hacernos creer que las ideologías habían muerto, que las utopías no existen… Otras cosas que hacen huir a la ilusión es el tener frente al ser, el atesorar frente al compartir, las imposiciones frente al diálogo, la bancarización frente a la educación liberadora…
¿Y el amor?…Dice Miguel Loza: “…más que problematizarlo, hay que dejar de adjetivarlo… Dejemos a un lado los calificativos, determinativos, posesivos y superlativos. El amor adjetivado acaba descalificándose. Se habla del amor romántico, del amor ideal, del amor… Pero el amor es sólo amor, y nada más. ¿O es que puede haber un amor que deshumanice, que esclavice, que no respete, que cosifique, que utilice, que posea, que no libere, que no pacifique, que haga daño, que no comprenda, que no empatice, que no abrace, que no perdone, que no se arrepienta, que no llore, que no ría, que no sienta, que no comparta, que no transforme, que…?”
Por eso y de acuerdo con lo que venimos diciendo en los párrafos precedentes, desear felicidad, paz y amor con ilusión, educación, sin adjetivos, es algo muy humano, pero ¿sabes?: la vida exige que pasemos de las expresiones de buenos deseos a los hechos, que actuemos para lograr nuestras mejores intenciones.
Los educadores, las educadoras, todas las personas, tenemos una oportunidad, en cada instante, para hacer el bien enseñando mientras aprendemos y viviendo mientras aprendemos a vivir.
Así, la educación se transforma en un espacio donde contamos con todos los elementos necesarios para cultivar lo mejor de cada uno de nosotros y nosotras con los otros y las otras… ¡¡Valoremos este espacio, defendámoslo!!
Como personas, el más profundo sentido de nuestra vida es aquello por lo que luchamos día a día, con independencia, con ilusiones, con amor. Por eso, trabajemos para ser cada día más conscientes de nuestras acciones y para que podamos direccionarlas hacia el logro de una existencia más humana y más justa para todos y todas.
ADFEDUCA desea para ti que el amor, la ilusión y la esperanza que nos trae el Nacimiento de Jesús se hagan presentes hoy en tu vida personal, familiar y laboral y que esos valores te llenen con la misma intensidad por siempre…
¡¡Que tengas una hermosa Noche Buena y una liberadora Navidad!!
Un abrazo fraternal para todos y todas: EQUIPO ADFEDUCA
